El temporal arrasó la isla portuguesa de Madeira, paraíso de turistas en cualquier época del año, luego subió por España y llegó a Francia por el atlántico en la noche del sábado al domingo 28 F, horas después del terremoto chileno.

La alerta fue dada con anticipación en todas las radios francesas, los primeros vientos llegaron como a las 4 de la mañana soplando a más de 120 km por hora azotando la costa Vendeana, esto coincidió con una lluvia persistente y un alto coeficiente de marea, las olas empezaron a encabritarse haciendo ceder un dique próximo a las casas de las apacibles ciudades balneario de “La Faute-sur- mer” y de “Aiguillon-sur-mer” a 500 km. de Paris, el océano entró en las habitaciones en medio de la noche sorprendiendo a aquellos que tomaban precauciones y a quienes dormían profundamente, en un cuarto de hora el agua subió hasta el techo. Algunos pudieron salvarse nadando hacia casas vecinas, otros alcanzaron a subirse al tejado y esperar allí ayuda, los de mayor edad murieron ahogados en sus camas…

Una misa que contó con la presencia del primer ministro se celebró por las 53 víctimas de este trágico acontecimiento invernal.

En los días posteriores, la policía tuvo que intervenir ante el saqueo al que se libraban en estas ciudades los desconocidos de siempre.

En todas partes se cuecen habas.