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Nicaragua, la revolución tranquila
PorHugo Lagos FechaJulio 2008

Estábamos en México cuando Carrasco anunció la noticia, « nos llegó una invitación oficial para ir a Nicaragua el 19 de julio al 29 aniversario de la revolución Sandinista » Todos estuvimos inmediatamente de acuerdo en ir y Farzán que se había quedado en Chile por motivos de salud se encargó de organizar la cosa en relación directa con la embajadora de Nicaragua, María Luisa Robleto, una bella persona que habla con acento chileno.

El viaje más largo lo hizo Ismael : Palestina (3 días), Madrid, Atlanta y Managua, después los de Chile, Carrasco, Venegas padre e hijo: Santiago, Lima, Panamá y Managua, por último los « europeos » García, Quezada y Lagos : Bruselas, Paris, Madrid, San José de Costa Rica y de ahí… el avión de Indiana Jones hasta Managua.

Por las ventanitas del ATR se veían a lo lejos los relámpagos de una tormenta eléctrica que alumbraba la noche caribeña, nuestro pequeño avión dio unos últimos aleteos y llegamos al aeropuerto internacional Augusto Cesar Sandino.

A las seis de la mañana sonó el teléfono, « entrevista en el canal 4, nos pasan a buscar a las 7 », dijo Farzán, nos levantamos, bajamos al hall del hotel y con Carrasco desayunamos y nos fuimos, los otros estaban «raja».

Entrevista y tres canciones entre los tres : Sandino con sombrero, La muralla y el Pueblo unido. Cerca del mediodía con el resto del grupo le tocó el turno a Nueva radio Yá, saludo al público nicaragüense con La muralla en directo y por último radio Sandino. Todo Nicaragua supo que estábamos allí.

Eran trescientos mil o tal véz más con banderas sandinistas, de Nicaragua y de Venezuela en la Plaza de la Fe y alrededores, años que no se veía tal manifestación en Managua.

Terminamos de cantar nuestra tercera canción cuando tronaron en toda la plaza himnos, gritos y canciones sandinistas, hacían su entrada el presidente comandante de Nicaragua, Daniel Ortega y el presidente comandante de Venezuela Hugo Chávez. Nos fuimos al palco de los invitados oficiales puesto que allí debíamos recibir de manos del presidente de Nicaragua una «distinción».

Ahí estábamos cuando llegaron los dos líderes en medio de aplausos, vivas, canciones y fuegos artificiales, saludando sonrientes al pueblo y a los invitados, con nuestros ponchos negros le estrechamos la mano a los dos entre palabras de reconocimiento y de cortesía, el momento no dejaba de tener una cierta solemnidad.

Después vinieron los discursos, « ¡el pueblo presidente ! » fueron citados Allende, « presidente de la dignidad » (cuando pienso en la avenida 11 de septiembre de Santiago, me da una vergüenza…) y Neruda con su canto para Bolívar, « padre nuestro que estas en la tierra, en el agua y en el aire »: revolución sandinista, democrática y cristiana, las alusiones al Cristo y sus prédicas de justicia e igualdad fueron numerosas así como también a la paz, la soberanía y la independencia de los pueblos de América latina y Centroamérica, por la educación, trabajo, salud y progreso para todos, « no queremos guerra » dijo Chávez, «¡ hambre cero ! » dijo Ortega elegido democráticamente en el 2006. Había sinceridad en estos discursos, la revolución sandinista congregada en la Plaza de la Fé espera con anhelos estos cambios. « En América Latina no nos callamos ! » dijeron los dos, ironizando una vez más sobre el King de España, probablemente un malentendido, los españoles también son de sangre caliente.

En Managua hay pobreza como también en los alrededores de Caracas, Santiago, Lima y Quito por nombrar algunas capitales. No nos callaremos mientras esta verdad persista.

Los dirigentes de la derecha hablan como terratenientes y encuentran doctas palabras para explicar lo inexplicable, « hambre cero » es una consigna revolucionaria, hagamos votos para que ésta se cumpla.

Al final de la manifestación, después del último discurso se escuchó en la plaza la voz del Willy en no sé qué grabación, « ¡ el pueblo, unido, jamás será vencido ! », la canción tomaba aquí toda su significación.

El avión de Indiana Jones nos falló y perdimos todas las conexiones, así que en el momento de escribir este diario de ruta, las maletas, ponchos, bombo y guitarra de los « europeos » andan dando vuelta por encima del atlántico, ojala lleguen a tiempo porque el próximo fin de semana tenemos un concierto en Montguyon, pero esa es otra historia.