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Puro Chile es tu cielo azulado
PorHugo Lagos FechaSeptiembre 2008

Ahí estaban, el Chiricuto, Gutiérrez, la Rosita, la Maruja y todos los demás, fieles al “rendez-vous” anual del 18 de septiembre en Francia, que esta vez por causa de week-end cayó el día 20.

Al mediodía, con un radiante sol otoñal muy parecido al primaveral santiaguino y un aire fresco que bajaba por los inmensos árboles recorriendo los stands donde los compatriotas se habían instalado con sus diversas animaciones, partieron las actividades: culturales, políticas y… culinarias.

Así, entre asados, empanadas, humitas, ensalada chilena, vinito tinto y torta, transcurrió apaciblemente la tarde.

En el escenario se sucedían una tras otra las intervenciones oficiales y los artistas invitados: chilenos, franceses, un cantante colombiano, las cuecas, los bailes tradicionales de la isla de Pascua, la obra de teatro con sus actores, juegos infantiles y la infaltable tómbola.

Los animadores oficiales fueron, por un lado el amigo Osvaldo Torres de estilo sobrio casi académico quien interpretó tres canciones y “quitahurpillay” con nosotros, por el otro, Darío Molina vestido de huaso dándole color y echándole al pelo, quería entregarle en forma privada los documentos perdidos a una señorita francesa soltera que andaba en la fiesta. El perla.

Unas mil personas asistieron a la ya tradicional cita dieciochera chilena al borde de un pequeño lago, “miroir d’eau”/ espejo de agua, en Savigny le Temple, comuna situada a 50 km al sur de Paris. Momento de convivencia y fraternidad de todos los chilenos que en éste país viven organizado por la FEDACH. “Derecho a voto para los que estamos afuera”, fue una vez más la consigna, ¿para cuando la ley?

El recuerdo de Allende dominó la tarde y todos escuchamos con emoción una vez más sus últimas palabras por los altoparlantes.

Un gran número de actividades se realizarán en Francia en su honor conmemorando el centenario de su nacimiento.

Nosotros estábamos programados para las 18h pero con el acostumbrado atraso empezamos a las 19.

Después de clausurar la cosa con un sonoro pueblo unido al salir del escenario una flaca me dijo, “oye, yo tengo 45 años y los escucho desde chica, ¿porqué no tocaron la cantata?”. Le di un besito y le dije: "el próximo año m’hijita".

Ya al final, saliendo de la fiesta se escuchaban de lejos unas cumbias y todo el mundo bailando.

El aire se había puesto más fresco.